Saturday, June 1, 2013

Día 1 - Nina Rancel - BW


–Hola, yo soy Maricé y tengo un problema. 
–Hola Maricé–respondió al unísono el grupo.

Se miraron entre ellos. Después todos la miraron. Cada uno buscaba en la mirada del otro una explicación lógica. Las quince personas que la veían desde quince sillas Manaplast, pensaron que la escena podría ser un chiste o una grabación de  un programa de cámara escondida. Esas quince personas  sabían perfectamente quién era ella, así como otros treinta millones de venezolanos también podrían perfectamente reconocerla y perdile un autógrafo y gritar su nombre.  Por eso les extrañó a todos verla ahí. Antes era una estrella y ahora era una de ellos.

–Todo empezó hace dos meses, en mi última mudanza. Lo había comprado para proteger mis cosas y como siempre he sido una exagerada compré más de lo que debía. Al principio fue inocente. Fue inconsciente. Forraba una lámpara, jugaba media hora. Forraba unas corneticas, jugaba veinte minutos. Forraba un adorno horrendo que me regaló mi ex suegra, jugaba diez minutos. Después se lo quité y lancé el adorno por la ventana porque era horrendo y ella era una bruja.

El psicólogo a cargo del grupo repasaba todo lo que había leído los últimos dos meses. En Twitter decían que se había hecho mil cirugías y por eso nadie la había visto.  En Facebook había fotos de una mujer, bueno, de la espalda de una mujer entrando a una clínica. Decían que era ella y que le habían desfigurado los labios en un accidentico con botox piche.  En la Ronda de hace dos semanas decían que se había casado con un boliburgués que le pegaba y no la dejaba salir sin permiso.

–Poco a poco fui saliendo cada vez menos de mi casa. Me sobraban demasiados rollos y no podía dejar de escuchar el pop pop pop. Fue peor que descubrir Twitter o el BB chat. Los primeros dos días que falté al canal dije que estaba enferma. Me multaron pero no me importó. A las dos semanas me botaron de la novela y me hicieron pagar una multa gigante. Me suspendieron el contrato en el canal y ya llegó a oídos del director que estaba interesado en castearme para una peli. Ayer lo llamé y me apagó el celular. Hoy, igual.
–¿Son ideas mías o está a punto de llorar?–le preguntó susurrando la señora que huele a gatos a la que se come el pelo.
–Hace dos días, se me acabó. Ya no había más peloticas que explotar ni más rollos encaletados en las cajas de la mudanza. Lo más grave es que entendí lo jodida que estaba cuando iba salir a comprar más y me di cuenta de que no tengo real, todo lo que había ahorrado lo puse para la inicial del apartamento, ni tengo trabajo… no tengo comida en la nevera, pero no me importa porque prefiero tener rollos y rollos de la mierda esa.  ¿Cómo hago si me calma? Me hace feliz apretar el bendito plástico y escuchar el ruidito. ¿Cómo hago vale?

Nadie habla. Ella tiembla de la rabia y la impotencia.
­

–Tranquila, Maricé. Aquí te vamos a ayudar–le responde el piscólogo.

Los demás se sienten más normales. Es emocionante para todos sentirse acompañados en su locura. Nunca se habían ido a sus casas con la certeza de que, como dice el psicólogo, pasa hasta en las mejores familias.

No comments:

Post a Comment